Hay lugares donde la ganadería no es solo una forma de vida, sino una manera de cuidar el paisaje.
Los Valles Occidentales, en el Pirineo aragonés, son uno de ellos.
Allí, entre montañas, barrancos y pastos de altura, los ganaderos mantienen viva una tradición que da sentido al territorio: la ganadería extensiva.

Quien conoce la zona sabe que no es fácil trabajar en ella. La orografía es tan espectacular como exigente. No siempre hay cobertura móvil, los desplazamientos son largos y muchas veces el control diario del ganado depende más de la intuición que de la tecnología.

Por eso, este nuevo proyecto nos hace tanta ilusión.
Desde Ixorigué vamos a trabajar en la instalación de una red de antenas LoRa que permitirá llevar conectividad a zonas donde hasta ahora no llegaba.
Gracias a ella, los ganaderos podrán seguir a sus animales en tiempo real, conocer cómo se mueven por los pastos o detectar posibles incidencias sin necesidad de recorrer kilómetros de montaña.

Nuestro objetivo es muy claro: hacer más fácil el día a día de quienes cuidan del territorio, ayudándoles a tomar mejores decisiones y a aprovechar los recursos de manera más eficiente, sin perder la esencia de su forma de trabajo. Queremos que los ganaderos de los Valles Occidentales puedan tomar decisiones basadas en datos reales: saber cómo se mueven sus animales, cuándo conviene rotar el pasto o detectar comportamientos anómalos que puedan alertar de una enfermedad o un parto.

A través de este trabajo, contribuiremos también a analizar el impacto de la digitalización en la ganadería de montaña, con la vista puesta en poder replicar el modelo en otras zonas rurales y transfronterizas de los Pirineos.

Porque cuando la innovación se pone al servicio del territorio, el resultado va mucho más allá de los datos:
🌿 es tiempo ganado,
🐂 es bienestar animal,
🔥 es prevención y sostenibilidad,
🤝 y es futuro para quienes mantienen viva la ganadería extensiva.

En Ixorigué seguimos conectando tecnología, territorio y tradición. Creemos que la tecnología tiene que adaptarse al campo, y no al revés.
Y hacerlo en un entorno tan especial como los Valles Occidentales, donde naturaleza y tradición van de la mano, es el mejor recordatorio de por qué hacemos lo que hacemos.